martes, 15 de julio de 2014

Semillas de Chía, propiedades y método de utilización

Muchos de vosotros quizás conozcáis la semilla de Chía. Para los que no, os aconsejo que veáis el enlace que os he dejado o que indaguéis un poco por la red. Os adelanto una pequeña información para que os hagáis a la idea de sus magníficas propiedades.

Semillas de chía (Salvia Hispánica)

La semilla de chía contiene muchas propiedades como: proteínas, calcio, boro (mineral que ayuda a fijar el calcio de los huesos), potasio, hierro, ácidos grasos como omega 3, antioxidantes y también oligoelementos tales como el magnesio, manganeso, cobre, zinc y vitaminas como la niacina entre otras.
En comparación con otros alimentos tiene 2 veces más proteína que cualquier semilla, 5 veces más calcio que la leche entera, 2 veces la cantidad de potasio que los plátanos, 3 veces más antioxidantes que los arándanos, 3 veces más hierro que las espinacas y 7 veces más omega 3 que el salmón.

Método de utilización

En cuanto a la manera de utilizarlas, las hay tantas como imaginación tengáis. Os enseño el modo en que yo las preparo para tenerlas siempre a mano y así poder añadirlas a mis postres, bebidas, leche, gelatinas, yogures, etc....
Cuando empecé a utilizarlas las añadía tal cual vienen en el paquete, en seco, pero la verdad es que me gustan mucho mas así, ya que al remojarlas desprenden una sustancia gelatinosa y se ablanda el grano, cosa que en seco a veces me resultaban algo molestas de masticar y se me quedaban entre los dientes. Y en repostería también quedan mas integradas y pasan más desapercibidas de esta manera.


El método consiste en poner 2 o 3 cucharadas de semillas (ojo, aumentan mucho de volumen) en un bote de cristal, cubrirlas con agua el doble de su volumen o más, taparlas y dejarlas en remojo un rato antes de utilizar. En seguida se hidratan y forman el gel quedando así listas para su uso. Las puedes guardar en la nevera, aguantan varios días y de esta manera las tienes siempre a mano.

Aquí las he añadido a unas gelatinas.

Otra forma de utilización

También las suelo moler cuando hago repostería. Las muelo en seco en un molinillo, como los de café de toda la vida, junto con semillas de lino o demás granos y las añado a la mezcla. De esta manera pasan totalmente desapercibidas y enriquecemos lo que estamos haciendo.

No continenen gluten, son de indice glucémico bajo, ayudan a bajar el colesterol, son de mucha ayuda en dietas de adelgazamiento por su poder saciante así como para los que sufran de estreñimiento......

Toda una fuente de salud, espero que las probéis!!

lunes, 14 de julio de 2014

Flan en botes de cristal al baño Maria


Hoy os traigo una idea estupenda que me dio mi hermana Ángela. Es mi hermana mayor, nos llevamos 12 años y desde aquí quiero agradecer todo lo que ella significa para mí.
Es una mujer con un corazón enorme. Con apenas 30 años, ya tenía 4 hijos y siempre se las ingenió para sacarlos adelante. Cosía en casa todo el día para aportar ingresos extras a unos precios irrisorios y así podía estirar un poco mas el presupuesto de la comida y demás gastos. Vestía a sus hijos con ropas casi siempre elaboradas por ella que tuneaba año tras año para poder alargarles mas la vida, en su casa nada se desperdiciaba.
En la cocina siempre hizo maravillas utilizando su ingenio para ahorrar al máximo. En su casa no entraban pastelitos ni demás golosinas envasadas, ni falta que hacía, pero hacía unas mermeladas, churros con chocolate, pestiños y demás que nada tenían que envidiar a ninguna de esas guarrerías con las que ahora se alimentan los niños de hoy en día.  Era increíble como podía llegar a fin de mes y dar de comer a seis en casa. Ella ha sido y es mi referente como ejemplo de madre, mujer luchadora y persona y es por eso que esta entrada se la dedico a ella, "Mi maestra.

Y vamos con la idea:

Todos sabemos que para hacer flan en el horno de forma tradicional le has de dedicar tiempo y cuidado, por no decir lo que sube el recibo de la luz cada vez que ponemos el horno en marcha. Así que la idea consiste en hacer la mezcla de los ingredientes, de lo que queráis hacer los flanes, ponerla en botes de cristal, de los de hacer conservas, cerrarlos y colocarlos en una cazuela con agua hasta mas o menos un pelín mas de la mitad de la altura de los tarros.
Poner la cazuela al fuego, si lo hacéis en vitocerámica, la apagáis en cuanto quiere empezar a hervir el agua porque se acaban de hacer con el calor residual que le queda a la placa y si es con fuego lo bajáis un poco para que no borbotee los botes y lo dejáis hervir a fuego suave 2 o 3  minutos.
Al finalizar, le ponéis la tapa a la cazuela y los dejáis hasta que se enfríen un poco antes de sacarlos.
Se dejan enfriar en la nevera y listo.


Esta manera de hacer los flanes es ideal para dietas ya que no es necesario ponerles caramelo líquido.
Además se pueden hacer de lo que se os ocurra.
Se pueden aprovechar tarros pequeños de conservas que hayamos consumido. En mi caso he reutilizado unos pequeños de los de las puntas de espárragos o de corazones de alcachofas porque tienen el tamaño ideal.
Yo en esta ocasión los he echo ligeritos, solo he mezclado medio litro de leche con 3 huevos y dos claras, 2 cucharadas soperas de edulcorante y un poco de aroma de limón y canela.
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