En esta ocasión os enseño una manera de comerse unas fresas, sin la típica nata, que además de ser un postre fresquito, fácil y sabroso, no engorda nada de nada.
1/2 litro de zumo de naranja natural
4 hojas de gelatina neutra.
1 cucharada sopera de edulcorante líquido (opcional)
1/4 de fresas o fresones.
Elaboración:
Poner a hidratar las hojas de gelatina en un cuenco con agua hasta que se ablanden.
Mientras, lavar las fresas (enteras para que no cojan agua) y trocearlas al gusto, colocarlas en dos cuencos, copas o donde las vayáis a servir y reservar.
Separar medio vaso de zumo y ponerlo a calentar en el micro durante un minuto (sin llegar a hervir).
Incorporar las hojas de gelatina escurridas al vaso de zumo caliente y remover hasta que se deshagan por completo.
Mezclar con el resto de zumo y repartir encima de las fresas, dejar enfriar en la nevera unas horas y listo. Se puede acelerar el proceso metiéndolo en el congelador una media hora.
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