Este plato lo hago desde hace años, aunque lo he ido transformando hasta que al final, ésta es la manera más fácil y la que más nos gusta. Yo empleo cerveza en lugar de vino blanco porque no sabe tan fuerte y además sale muy tierno.
Ingredientes: para dos personas
1 conejo pequeño (de no más de 1 kg) troceado en tajadas pequeñas
1 cabeza de ajos pequeña
2 guindillas picantes (al gusto)
azafrán
pimienta
romero
tomillo
hierbas especial barbacoa ( opcional)
300 ml de cerveza o más
Elaboración:
En una cazuela con un poco de aceite, sofreír 4 o 5 dientes de ajo enteros con piel y las guindillas, retirar todo cuando estén dorados los ajos (reservar).
Dorar las tajadas de conejo, salpimentado, en el mismo aceite bajando el fuego y tapando la cazuela para que no se seque demasiado, removiendo de vez en cuando.
Cuando haya cambiado de color y comience a tener aspecto de cocido, añadimos las especias y removemos, tapamos y dejamos unos minutos más a fuego lento.
Mientras, se prepara en un mortero los ajos fritos (pelados), 2 dientes de ajo crudo y las guindillas.
Se machaca muy bien hasta obtener una pasta, le añadimos un chorrito de cerveza, se remueve para aprovechar toda la pasta y se hecha sobre el conejo con el resto de la cerveza.
Dejar hervir a fuego suave y tapado para que no se evapore el caldo hasta que esté tierno, unos 15 minutos (depende de lo grande que sea el conejo).
Destapar la cazuela y dejar evaporar todo el caldo, removiendo a menudo, vigilando que no se pegue. Cuando se haya evaporado toda la cerveza ya estará listo para servir.
Nota: Se puede cambiar la cerveza por un vino blanco suave o por cava y también queda muy bien con pollo. Acompaña muy bien con una buena ensalada.
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